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domingo, 30 de abril de 2017

Mi pequeña biblioteca sin gluten


Hola! El post de hoy va con vídeo incluído en el que os enseño algunos títulos de mi "biblioteca sin gluten" personal. Entre los elegidos, os enseño algunos manuales, cuentos, recetarios, revistas y publicaciones (algunas gratuitas) que podéis encontrar. Lógicamente, faltan muuuchas más referencias, ya que afortunadamente cada día son más los títulos y las publicaciones nuevas que aparecen en las librerías y kioscos.

Como os explico en el vídeo, os recuerdo que aquí en el blog tenéis una sección donde consultar los títulos que aparecen en el vídeo y muchos otros: tan sencillo como acudir al menú de vuestra izquierda y en las carpetas elegir "Libros", y allí os aparecerán todos los posts que he escrito sobre diversas publicaciones. Como siempre, cada libro nuevo que descubra relacionado con nuestra temática sin gluten la iré colgando allí para que estéis super informados!


Dónde encontrar la sección LIBROS en el blog

Espero que os guste el vídeo (ya perdonaréis que esté "girado" pero he tenido algún problema con el editor de vídeos, afortunadamente creo que ya solucionado!!) y cualquier comentario o duda que os surja al verlo, dejadla en los comentarios y os responderé lo más rápido que pueda.

¿Me recomendáis algún título imprescindible en toda biblioteca de buen celíaco? 

miércoles, 26 de abril de 2017

Historia de un bombón: echando la vista atrás

Hace ya 10 años que el gluten desapareció de mi vida para siempre, y desde esa fecha, tanto dentro como fuera de casa toda mi alimentación se basa en una dieta libre de gluten. A lo largo de este tiempo, han sido muchas las veces que diferentes personas me han hecho la misma pregunta: "¿y no echas de menos ninguna comida "de antes", cuando comías gluten?". La respuesta siempre es la misma: no. 


Siempre que pienso en algún alimento "glutenero" de los que comía antes, me doy cuenta de que ese alimento lo recuerdo no por el alimento en sí, si no por el momento o las circunstancias que lleva unido a él; por ejemplo: las tostadas de pan que me comía en el pueblo en verano, los dulces que nos compraba mi abuela, la mona de Pascua que significaba además que mi cumpleaños estaba cerca... todos estos alimentos los recuerdo asociados a algo o a alguien, por lo que realmente no echo de menos su sabor, si no que este alimento se ha convertido en un recuerdo más, al igual que podría ser la primera vez que pisas la playa o ves un amanecer. Sin embargo, quizás debido a todos estos años que llevo ya comiendo sin gluten, sí recuerdo los primeros productos que comí sin gluten estando ya diagnosticada de celíaca, como aquellas galletas tipo cookies con chocolate de las que os he hablado alguna vez (mi primer producto procesado sin gluten!) y que recuerdo perfectamente quién me las compró, cuándo, dónde me las dio y hasta en qué momento del día las probé: fue mi madre una tarde de invierno que hasta ya era de noche, que regresó a casa con el paquete y me lo dio en el salón de casa mientras me explicaba que no me agobiara por la comida porque había "de todo sin gluten", y que ella conocía a alguien más que también lo era "y comía de todo" (¡hace 10 años!). 
Y otro de los momentos que también recuerdo, fueron mis primeros "bombones" sin gluten. 


Los que me conocen saben que soy una amante del chocolate: me encanta el chocolate negro, cuanto más amargo mejor, y mi helado preferido es el de chocolate con trozos de chocolate (efectivamente, no me gusta el chocolate blanco). Los que llevéis más tiempo comiendo sin gluten podréis recordar lo difícil que era entonces encontrar algún dulce lo primero sin gluten, lo segundo que no tuvieras que empeñar un riñón para pagarlo, y por último que lo pudieras comprar en tu ciudad. 
Recuerdo que durante muchísimo tiempo tenía que cruzarme literalmente la ciudad en la que vivía para ir a comprar a una pequeña herboristería mi comida: pan, pasta, algunas galletas... Y recuerdo que aunque sí encontraba tabletas de chocolate, nunca daba con bombones sin gluten en mi ciudad... ¡los que seáis amantes del chocolate me entenderéis perfectamente!

Pero estaba feliz, porque al menos tenía tabletas de chocolate y todos sabemos que una tableta (por lo general) suele durar más tiempo que una caja de bombones!! Sin embargo, echaba de menos comerme un bombón, o mejor dicho, esa experiencia que encierra un bombón: elegir la caja en la tienda, abrirla y descubrir bombones de diferentes tamaños, formas y a veces hasta colores, pensar un rato largo cuál de todos vas a probar primero para terminar eligiendo siempre el mismo... 
Por eso, recuerdo que me puse especialmente contenta cuando un día mis padres aparecieron con una pequeña cajita amarilla y medio transparente (es curioso, no recuerdo la marca pero sí perfectamente cómo era la caja) que tenía lenguas de gato sin gluten....!!! ¡Eso es casi un bombón! Podéis imaginar mi cara... 
Y recuerdo también que, aunque en este caso todas las lenguas de gato eran iguales, me gustaba abrir la caja y seguir el mismo ritual: abrirla cuidadosamente, mirarlas un rato pensando cuál elegir y finalmente llevarme una a la boca guardando el resto para otro día. Saborear la lengua que había elegido y pensar en lo mucho que me gusta el chocolate... ¡Me sabían a gloria! Y por supuesto, solo me lo comía en ocasiones especiales, nada de todos los días, porque esas lenguas de gato eran "mis bombones" y estos se reservan solo, como todos sabemos, para momentos especiales. 

Con el tiempo, aquellas lenguas de gato dejaron de verse en las tiendas de mi ciudad (imagino además que serían bastante caras, como todo lo sin gluten entonces) al tiempo que poco a poco la oferta de comida apta fue creciendo. 
Hoy, raro es el super al que entramos y no podemos encontrar al menos una caja de bombones variados etiquetados "sin gluten". Confieso que los he comprado y los he comido, siguiendo siempre mi mismo ritual para los bombones, pero también tengo que confesar que ninguno me ha sabido tan rico como aquellas lenguas de gato que comía hace 10 años: eran pequeñas y tenían un dibujo de un gatito en un lateral, eran todas iguales y sabía que al abrir la caja los sabores no habrían variado, pero qué queréis que os diga, fueron mis primeros bombones sin gluten y, al igual que me pasa con los recuerdos de la comida glutanera, estos ya han pasado a formar parte del cajón de experiencias gastronómicas a recordar. 

Desde entonces, y como os decía, hace ya 10 años, no he vuelto a encontrar estas lenguas de gato. Celebro que si bajo al super del barrio pueda comprar bombones sin gluten y cada vez más variados (como ocurre con otros de nuestros productos) pero creo que inconscientemente seguiré buscando mis lenguas de gato por todas las tiendas que visite: mis primeros bombones como yo las llamo. 


Como decía aquel rey en esa obra de teatro... 
"Una lengua de gato, una lengua de gato...
¡Mi reino por una lengua de gato!" 


¿Y en tu caso, qué alimento sin gluten tiene también una historia especial? 
¿Me la cuentas?




domingo, 2 de abril de 2017

Coulant de chocolate sin gluten, ¿lo recuerdas?

Hola! ¡Bienvenido mes de abril! Abril es el mes de la primavera, el mes de las flores, el mes de hoy-nieva-mañana-achicharra-de-calor, el mes de mi cumpleaños, el mes de empezar a planear escapadas... ¡La de cosas que tiene abril! Por eso, quería darle la bienvenida con un post muy, muy dulce.  



Ya sabéis que una de mis pasiones es el chocolate y cuando la empresa KivaFoods contactó conmigo para hablarme de sus productos, no puedo negar que uno inmediatamente se convirtió en mi favorito por goleada nada más entrar en su web. 
Para los que no conozcáis la empresa, os contaré que está ubicada en Noain, Navarra, y es una pequeña empresa formada por un grupo de gente joven; de hecho, esta empresa fue una de las ganadoras del programa Orizont de apoyo a las empresas incipientes del sector agroalimentario convocado por la Sociedad de Desarrollo de Navarra. Tras intercambiar algunos correos y presentarme sus productos (análisis de laboratorios para asegurar la ausencia de gluten incluídos), me gustó el proyecto de estos jóvenes emprendedores, que están trabajando ahora en un lineal de productos sin gluten que se verá ampliado en el futuro. Actualmente cuentan con 3 productos sin gluten: coulant de chocolate, bizcocho de chocolate y bizcocho de almendra y manzana.

Productos sin gluten, ya a la venta, de KivaFoods

Algo que me llamó especialmente la atención, es que tanto la tarta como el bizcocho cotienen inulina, que cumple una doble función: mejora la textura de los productos y además nutricionalmente aporta beneficios (tiene actividad prebiótica, mejora el tránsito intestinal y tiene un valor calórico bajo).

Después de conocer todo esto, ya solo me faltaba probar el producto. ¡Qué nervios cuando recibí el paquete en casa! ¿Qué será? ¿Sería el favorito al que le había echado el ojo en la web...? Cuter en mano abrí la caja, desembalé y... TACHÁN! Síiiiii, ¡me habían enviado mi favorito! ¡¡¡El coulant de chocolate!!! 






Todo buen amante del chocolate debe conocer el coulant, esa perla negra que se derrite en la boca, que inunda tu paladar de chocolate negro, que te propone un juego de texturas... Lógicamente mi favorito en su web, ¡había sido el coulant! Lo confieso, en los 10 años que llevo comiendo sin gluten, no había vuelto a probar un coulant, así que os podéis imaginar lo contenta que me puse cuando lo descubrí dentro de la caja que iba a mi nombre. 
Tardé algunos días en prepararlo (ufff...¿será el coulant que recuerdo? ¿Y si no lo es?), y finalmente ayer sábado que tenía público para su degustación celíaco y no celíaco, me decidí a hacerlo. 


Paquete del Coulant de chocolate sin gluten

MI EXPERIENCIA...

¿CÓMO SE HACE? 
Cuando uno escucha "tienes que preparar un coulant" tiembla, y no es para menos. Pero si te digo que yo NUNCA había hecho uno y me salió perfecto, te aseguro que es facilísimo. Tienes casi todo lo necesario en la caja: te salen 6 moldes individuales, el chocolate necesario para fundir y la mezcla preparada. Tú simplemente debes añadir de tu cocina la mantequilla (o margarina) y los huevos. 

Ingredientes que salen en la caja (tú solo debes añadir, mantequilla y huevos)

En la parte de atrás sale perfectamente explicado cómo hacerlo: fundir la mantequilla con el chocolate, preparar la mezcla con los huevos, añadir el chocolate fundido a la mezcla, repartirla entre los moldes, y al horno. ¡No me digáis que no es fácil!



Chocolate fundido
¿CÓMO LO HICE? 
Aquí te dejo un consejo, aunque en la caja especifica que primero fundas el chocolate (en mi caso, lo hice al "baño maría") y luego lo añadas a la mezcla, yo lo hice al revés: primero preparé la mezcla con los huevos (pon solo 2 si son muy grandes, o 3 si son de tamaño mediano), y luego fundí el chocolate con la mantequilla, ¿por qué? Porque cuando derrites chocolate al baño maría debes utilizar ese chocolate fundido inmediatamente después, de lo contrario, se enfriará y endurecerá y habrás perdido esa textura fundida que buscabas. 

Cuando tengas el preparado del sobre bien mezclado con los huevos, debes añadirle el chocolate ya fundido con la mantequilla al baño maría, y mezclar bien las dos masas resultantes.Verás cómo rápidamente la masa cambia su textura y pasa a una textura tipo "mousse": es el momento de rellenar los moldes que previamente has debido untar con mantequilla (o margarina) para facilitar desmoldarlos después.

Recuerda:

  • debes rellenar los moldes solamente tres cuartas partes de su capacidad (al igual que cuando haces magdalenas, para que crezca correctamente la masa, ¡nunca llenarlos del todo!) 
  • no olvides untar antes los moldes con mantequilla, para que luego puedas desmoldar fácilmente
  • seguí las indicaciones del paquete en cuanto a horno a ver cómo salía, y la verdad es que quedó estupendamente (8-9 min a 180/200º)
Moldes preparados ya con la masa, antes de hornear

Coulant ya horneado, a punto para desmoldar
Coulant recién horneado, ¡a disfrutar!


¿MI OPINIÓN?
  • me resultó un postre muy sencillo de hacer y que quedarás de lujo si tienes invitados, porque en un plis plas lo tendrás hecho y encima es un postre que gusta siempre (superó con creces la cata de celíacos y no celíacos)

  • es un postre muy fácil de hacer que no requiere experiencia en la cocina ni muchos ingredientes, y que puede ser hecho por niños (acompañados siempre por un adulto)
  • me gustó mucho también el tamaño de los moldes, creo que si fueran más grandes se haría ya un postre demasiado pesado

  • en cuanto a las dosis, que esté preparado para 6 raciones me parece adecuado, ya que además puedes congelarlos si no quieres hornear los seis en la misma tanda. Recuerda además que este postre debe comerse caliente, así que es una ventaja que cueste tan poco rato hacerlo (entre 8-9 min al horno si acabas de preparar la mezcla, y 11 min si los tienes congelados esperando horno)

  • aunque es un producto preparado (y personalmente no me gusta abusar de productos así) sí que me ha gustado mucho como opción para celebraciones y comidas con familia, o para darse algún capricho de vez en cuando, así que entra en mi lista de favoritos (y, como siempre que me gusta un producto, os hablo de él :) )

Coulant de chocolate sin gluten

Muchas gracias a KivaFoods por devolverme uno de mis sabores preferidos...
...y a ti, si te ha gustado este postre, atento porque la semana que viene llega con sorteo...(y hasta ahí puedo leer)