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sábado, 10 de junio de 2017

Hoy hace 9 años que nací: 9 cumpleblog

Hola Teresa!
Hoy soy yo quien te escribe a ti: tu blog. 

Hoy, 10 de junio de 2017, hace exactamente 9 años que me creaste. Recuerdo perfectamente que era una mañana soleada, con calor, exactamente igual a la que tenemos hoy. También recuerdo que hacía pocos meses (en diciembre) que el médico te dijo las palabras mágicas que darían un giro a tu vida: "eres celíaca". 
Esa mañana del 10 de junio de hace 9 años, cansada de buscar por Internet respuestas a las miles de preguntas que te surgían cada día, y no encontrarlas, te armaste de valor y paciencia y tras ver un montón de tutoriales en diferentes páginas de Internet te lanzaste a la piscina: "Por favor, elija un nombre para su blog.... Mmmm "El Rincón Sin Gluten", ¡me gusta!", y tras elegir mi nombre, pulsaste el botón mágico: CREAR. 

Desde entonces, te he acompañado en la nueva aventura sin gluten que se abría ante ti. Algunos meses he podido acompañarte más, otros menos, pero nunca nos hemos dejado de ver. Muchos días me ponía muy contento cuando me contabas noticias alegres, como cuando lanzan productos nuevos, surgen iniciativas que nos ayudan y favorecen a los celíacos, o me hablas de tal o cual restaurante y lo bien que habéis comido; otros días, sin embargo, me apena leer lo mucho que aún queda por luchar por nuestros derechos, como cuando no os toman en serio al comer fuera de casa, cuando tenéis que seguir pagando unos precios exagerados por los productos básicos, o como cuando algún niño se pone enfermo en algún cumpleaños porque nadie se acordó de él... También me has llevado de viaje e incluso me he tenido que poner guapo en alguna ocasión, pues he salido en el periódico, en la radio ¡y hasta en la tele! He tenido la suerte de conocer a muchas personas maravillosas y gracias a ellas, a otros blogs y páginas como yo, ¡qué subidón! Me alegra mucho ver que cada vez somos más, pues al principio eramos muy poquitos en la blogosfera celíaca. 

También he dado el salto y ahora aparezco en algo llamado "redes sociales": Facebook, Twitter e Instagram. No sé muy bien qué será eso pero allí también tengo muchos amigos, ¡qué digo muchos!, ¡miles! Y me encanta leer lo que ellos me cuentan a mí, como cuando comparten conmigo alguna receta, me escriben mensajes o simplemente debatimos sobre la última noticia que os cuento, como cuando unos amigos de toda la vida se sientan juntos a tomar el café y a charlar de sus cosas. 

A veces me siento a repasar y ordenar todos los escritos que tengo por aquí - y que están ordenados en "carpetas" como tú les llamas - y me siento algo mayor. Que si recetas, que si sorteos, que si celíacos famosos, noticias, entrevistas... ¡madre mía, si hasta tengo un apartado de canciones, con lo mal que canto yo! Pero ¿sabes? Las repaso y ordeno, y me siento feliz: feliz porque veo que cada vez cuelgas en mí más y más noticias, feliz porque veo que lo que hace unos años solo lo podíamos soñar hoy se ha cumplido, feliz porque veo que aunque aún queda mucho por hacer afortunadamente también hay otro tanto que hemos logrado, feliz porque veo que, en definitiva, "esto avanza". 

Son ya 9 años, que en un blog es algo así como en la vida de un perro: son más de los que parecen, y aunque ya sea algo mayor, siento que tengo todavía muchas ganas y energía por delante para seguir acompañándote, a ti y a mis amigos, y seguir ayudando a divulgar la celiaquía. Y al igual que hace 9 años, vuelvo a traer aquí esas primeras palabras que escribiste en mí cuando me creaste: 

"Si consigo que la existencia de este blog llegue aunque sea a una persona, ya habré aportado mi pequeño granito de arena en esta lucha: 
CONSEGUIR QUE, POCO A POCO Y ENTRE TODOS, LA CELIAQUÍA DEJE DE SER ESA GRAN DESCONOCIDA"

A por otros 9 años más, por lo menos, y que podamos seguir llenando mis páginas en blanco con noticias alegres. Ojalá, dentro de muchos años, alguien relea este blog y vea todos mis artículos como un recuerdo en la vida de los celíacos. Ojalá, dentro de unos años, hayan cambiado tanto las cosas para nosotros y nuestros derechos estén tan normalizados, que todas estas noticias y avances sean solo eso: un recuerdo. Mientras tanto, aquí estaré. 

Tu blog







viernes, 2 de junio de 2017

Viajes (VIII): Fraga, donde Fortunatus y Velázquez se conocieron

Hola! Ahora que se acerca el buen tiempo os propongo un nuevo lugar que visitar dentro de la sección "Fuera de casa". 
Como os podéis imaginar, os propongo de nuevo un enclave de mi tierra - Aragón - de la que ya sabéis que estoy enamorada. 


En esta ocasión, dejamos las montañas que tanto me gustan y viajamos hasta la Comarca Bajo Cinca, en la provincia de Huesca. 
El Bajo Cinca o Baix Cinca en fragatino, se encuentra en la vega final del río Cinca (del que adopta su nombre) en plena Depresión del Ebro Medio. Para que os situéis en el mapa, os diré que constituye casi el límite entre Aragón y Cataluña, de ahí precisamente que se haya desarrollado un habla local (conocida como fragatino o fragatí) que mezcla las dos influencias: el castellano y el español. 
En sus tierras acoge hasta a once municipios más (sin contar a la propia Fraga que hoy os presento), como Ballobar, Belver de Cinca, Mequinenza, Chalamera, Torrente de Cinca, Zaidín... Fraga, como os podéis imaginar, es la capital de esta gran comarca. 

Escultura dedicada a la mujer fragatina


¡Cómo resumir la rica historia de Fraga en unas pocas líneas! 
Se trata de una ciudad realmente rica en Historia, que remonta sus orígenes a la Prehistoria tal y como demuestran sus yacimientos arqueológicos cercanos. Creedme si os digo que sería muy, muy difícil resumir en este post todas las historias que encierra su Historia, así que os contaré algunas curiosidades simplemente: 
  • podemos admirar su pasado árabe en el entramado de su casco histórico, que aún conserva incluso algunas de las antiguas puertas de entrada a la ciudad 
  • en sus inmediaciones, en el año 1134, tuvo lugar la famosa Batalla de Fraga donde nuestro rey Alfonso I el Batallador encontró la muerte 
  • contó con una importante comunidad morisca, hasta que fueron expulsados en el año de 1610
  • no os podéis perder su iglesia parroquial de origen románico, las vistas panorámicas desde "lo Castell", visitar el Palacio de Montcada, pasear por su villa romana "Villa Fortunatus", probar sus exquisitos melocotones (orgullo de la zona), descubrir su rica y elegante historia textil con la "Faldeta"... ¡tantas y tantas cosas que hacer y visitar! 


Yo hoy os voy a enseñar solo un par de ellas y os dejo las demás para que las descubráis vosotros, y por supuesto, ¡os digo dónde comimos DE MARAVILLA! 

Nuestra primera parada será en el yacimiento romano de Villa Fortunatus, situado a unos 5km aproximadamente antes de llegar a Fraga. 
Olvídaos de todo lo que hayais visto en las pelis de romanos y escuchad lo que os diga su guía, Idoia, quien os explicará detenidamente qué espacio era cada uno de los que veis y qué importancia tenía dentro de la villa.




Aunque nuestra idea de villa actual es un lugar de ocio, tenéis que recordar cuando vayais a visitarla que en la época romana una villa era un lugar de trabajo: en ella vivirían por un lado el propietario y su familia, y por otro, los trabajadores. Junto a ellos, os tenéis que imaginar tooodos los espacios necesarios para facilitar la estancia allí a ambos: desde almacenes y tiendas, hasta letrinas, jardines...¡y termas! ¡Algo así como nuestros actuales spa! 

La de Villa Fortunatus está considerada uno de los mejores ejemplos de este tipo de villas de todo Aragón (¡ay! Suspiro de orgullo). 

Curiosidades que tenéis que fotografiar, sí o sí: fijáos en los antiguos sarcófagos del s. VI, deteneos en los restos originales de los mosaicos (la mayoría están en el Museo de Zaragoza), echad un vistazo al aquarium e imaginad cómo debía ser en la época ese jardín... ¡Ah! La villa se llama así gracias a uno de sus mosaicos, en el que se podía leer: "FORTVNATVS" y que erróneamente se ha atribuido como el nombre del propietario, cuando en realidad en latín significa "¡Que seas feliz!" (qué majos eran los romanos). 



Un yacimiento como veis con muchos detalles que descubrir, y que afortunadamente fue descubierto por casualidad en el siglo XIX cuando el curso del río Cinca cambió y dejó a la vista los restos... (¡qué cosas tiene la Historia!). 

Para completar la visita, podéis visitar los mosaicos y objetos de la villa que están expuestos en el Museo de Zaragoza y en el Museo de Huesca (y en Teruel, tenéis otra importante villa romana en Urrea de Gaen!!). 
Importante: si queréis visitarla debeis contactar con Idoia, su guía. Trabaja en la Oficina de Turismo de Fraga y os explicará que para visitar la villa hay que formar un grupo mínimo de 8 personas, así que ya sabeis, ¡a reclutar familiares y amigos! 


Después de conocer la villa y su historia, os recomiendo que cojáis fuerzas en el restaurante del Hotel Casanova. 

Si ya teníamos hambre después de la excursión, al ver (y oler) los platos conforme salían de cocina ya ni os cuento. 
Contactamos unos días antes con Anabel, quien es encantadora, y nos explicó que sin problemas: nos adaptarían el menú que elijiéramos y tendríamos hasta pan calentito. ¡Y así fue! 

Paso a contaros mi experiencia con las fotos de lo que yo elegí: 

Cuentan con un comedor suuuper agradable, nos encendieron el aire acondicionado al vernos acalorados y ¡madre mía! ¡Para qué queríamos más! 
Mientras en cocina terminaban de preparar nuestras comandas, los camareros sacaron unas tapitas a modo de aperitivo para ir haciendo hambre (fuimos con más gente, y había celíacos y no celíacos). Peeero inmediatamente después, otra camarera diferente nos sacó a los celíacos: nuestra barra de pan sin gluten recien horneada, y nuestra correspondiente tapa con jamón serrano. ¡Olé! 

Tras algún "¡Ala qué grande es tu pan! ¡Jope y encima te han puesto jamón serrano!" que se oyó en la mesa al ver cómo nos trataban de bien, pasamos al primer plato: 

Ensalada templada con frutos del mar: creo que no hace falta descripción porque se ven muy bien los ingredientes que llevaba. Rica, rica. 



Y de segundo, ¡como no podía ser de otra manera en un aragonés! Ternasco de Aragón con patatas panadera. 


Este plato requiere aclaración: aunque pueda parecer muy fácil de hacer, típico, e incluso simplón, si vienes a Aragón y no comes ternasco se considera pecado capital. 
¡Y ojo! Que precisamente debido a la "sencillez" que transmite es difícil hornear un buen ternasco de Aragón y que realmente te transmita que estás comiendo ternasco DE ARAGÓN. 

Me sacaron la carne calentita, con sus patatitas panadera, con su caldito al ser horneado: tierna, fácil de cortar, se deshacía en la boca...¡Para llorar de la emoción, vamos! 
Si al venir a Aragón tenéis la suerte de dar con un buen chef que sepa cocinar bien el ternasco, recordaréis su sabor siempre! 

Y por último, nada de cosas raras e innovadoras: yo quería probar un buen flan de huevo casero, con su caramelito y, efectivamente, ese sabor a lo "hecho en casa". De 10. 


Todo esto regado con un buen vino (otro día os hablaré de los vinos de mi tierra) y de las atenciones de Anabel y el maître, quienes estuvieron atentos en todo momento de que todo estuviera correcto. 

Tengo que decir, porque creo que dice mucho del restaurante, que entre el grupo estábamos: celíacos, intolerantes a las nueces, alérgicos al marisco, intolerantes a las frutas tropicales, y los demás eran un poco "raros" porque "comían de todo" jejeje. Y todos comimos de lujo. 
Bromas aparte, un trato cercano y una comida en cantidad, de buena calidad, y que seguro repetiremos cuando volvamos por la zona. 


Con las tripas bien llenas y las fuerzas cargadas a tope, os invitaría a que fueráis hasta el Palacio de los Señores de Montcada, en pleno casco histórico. 
¡Ay! ¡Qué decir ahora de estos señores aristocráticos, después de haber conocido al Sr. D. Ternasco de Aragón! 

Es un antiguo palacete también de época hoy reconvertido en: sala de exposiciones, centro de interpretación de la Historia de Fraga en su Torreón de la Cárcel, Biblioteca, Archivo... Lo mejor, haced como nosotros, que conocimos su historia de mano de Carolina. 

¡Curiosidad! Por esas mismas salas paseó Don Diego Velázquez de Silva allá por el siglo XVII, y de hecho pintó aquí dos cuadros: "Retrato en Fraga" y "El primo":
"El Primo", de Diego Velázquez, pintado en Fraga

Un poquito antes del atardecer, perdéos por las calles de su casco e imagináos esa Fraga medieval, árabe, prehistórica, moderna, judía, morisca, contemporánea... que Carolina os habrá explicado. E importante, haced el recorrido "hacia arriba", para terminar en "lo Castell". Y desde allí, desde ese histórico mirador frente a un antiguo edificio medieval, descubrid los colores y olores de Fraga al atardecer, cómo el sol se esconde entre su silueta y se oculta hasta el día siguiente. Cerrad los ojos, y sentid que ahora vosotros también formáis parte de su Historia.