Hola! El verano ya ha terminado pero aún nos quedan muchos fines de semana por delante y algún que otro puente para disfrutar, así que si estás pensando en irte unos días de vacaciones, ¡este post te interesa! ¿El destino? A mis queridos Pirineos...
Hoy os presento un lugar que no es muy conocido en general, pero que está muy bien situado de los principales atractivos turísticos que hay por la zona. Hoy viajamos hasta ¡Castiello de Jaca!
Castiello de Jaca es un pequeño pueblo de apenas 200 habitantes ubicado en la Comarca de la Jacetania (Huesca). Su origen se remonta a la época tardorromana, pero será en la Edad Media, en concreto en el siglo XI, cuando se cita en la documentación histórica por primera vez como propiedad del noble Pedro Cornel. Situado sobre una pequeña pendiente del río Aragón, cuenta con cuatro barrios: el Alto, el Bajo, el de la Iglesia y el de San Martín, separados por el barranco Badiello, en pleno Camino de Santiago. Cuando lo visitéis, encontraréis su zona más antigua perfectamente diferenciada, pues el barranco corta en dos el pueblo y sitúa, a un lado y en la parte más alta, el pueblo antiguo con el solar donde se construyó un castillo como vigilancia de la calzada que allí había; y al otro lado del barranco, la parte más nueva, donde está ubicado el restaurante que hoy os presento.
Os decía que está ubicado en pleno corazón del Camino de Santiago, y precisamente por ese motivo a Castiello de Jaca se le conoce como "el de las cien reliquias" debido al gran número de reliquias que desde su origen se conservan en este lugar.
Cuenta la leyenda, que un peregrino de nombre Valenciano llegó un día a Castiello de Jaca, agotado del largo viaje que llevaba ya a sus espaldas. Sin fuerzas, ni físicas ni espirituales, para continuar su peregrinar por el Camino de Santiago hasta Compostela, el pueblo decidió acogerlo y ofrecerle techo y comida hasta que se encontrara con fuerzas de reanudar su camino. Valenciano, en agradecimiento, una vez recuperado cedió a las gentes del lugar "todo cuanto llevo encima", que para sorpresa de los lugareños, no era otra cosa que infinidad de reliquias sagradas. El alcalde de Castiello decidió guardarlas todas en una bella arqueta de plata, junto al sagrario del altar mayor de la iglesia de San Miguel y bajo llave, mostrándose únicamente una vez al año: el primer domingo de julio. Con el tiempo, y gracias a estas reliquias, Castiello de Jaca se ha convertido en un punto importantísimo dentro del Camino de Santiago aragonés, donde podréis imaginar mucho mejor esta leyenda en vuestro viaje visitando su iglesia (la misma que la de la historia), su cementerio medieval, su viejo puente del Camino de Santiago, la vieja abadía, el campanario, los restos de la fortaleza, las ermitas románicas de la Virgen y San Bartolomé... además de disfrutar de otros enclaves bien cercanos y que seguro os enamorarán, como la ciudad de Jaca, el monasterio de Santa María de Iguácel, los valles de Borau y Aísa, Aratorés, el monasterio de San Adrián de Sásabe, el valle de la Garcipollera, la cueva de las Güixas en Villanúa, las estaciones de esquí... como veis, multitud de enclaves y multitud de opciones que aúnan cultura, naturaleza, deportes de aventura, historia...
Y precisamente por eso, por ser un punto perfectamente comunicado con otros enclaves, pero que ofrece calma y tranquilidad cuando el viajero lo necesita, es una de nuestras paradas favoritas cuando nos acercamos por esta zona.
En Castiello de Jaca encontraréis varias opciones, pero nosotros desde hace ya años acudimos siempre a la misma: El Mesón de Castiello de Jaca (como curiosidad, en las guías de viajes del siglo XVIII se cita un Mesón como parada de viajeros, ¿será el mismo?).
El Mesón de Castiello lo encontraréis junto a la carretera, en la parte baja del pueblo; concretamente, en la Carretera de Francia, 4. Es un edificio bastante grande que se deja ver perfectamente.
Lo primero que veréis al llegar será su fachada trasera, realizada en piedra y con multitud de colores gracias a las flores que adornan sus ventanales, y su acogedor jardín del que disfrutar cuando hace buen tiempo (en verano, incluso cuentan con servicio de coctelería en él).
Fachada trasera en piedra de El Mesón de Castiello
Jardín, en su parte trasera, en pleno Camino de Santiago
Dejamos el coche en la misma puerta del Mesón (tienen varias plazas de aparcamiento) y nos topamos con su fachada delantera, ya resguardada de la carretera principal y con un llamativo color blanco. Tras cruzar la puerta, os encontráreis con dos opciones: una escalera os conducirá a las habitaciones, y las dependencias a vuestra izquierda os llevarán directamente a la zona de bar y restaurante. Nosotros hemos probado las dos opciones, y siempre hemos estado muy a gusto.
Fachada principal de El Mesón. En invierno, todo está cubierto de nieve
Si tuviera que destacar algo de las habitaciones, sin duda me quedo con las imprensionantes vistas que uno puede disfrutar cada mañana desde la ventana. ¡Difícil no tener buenas vistas en este privilegiado enclave!
En cuanto al restaurante, podéis comer en él aunque no estéis alojados. En mi caso, cuando me he alojado, opté por desayunar y cenar también allí, y tengo que decir que de lujo. Mi desayuno no era tan diferente al resto de las mesas que allí había, con embutidos, tostadas, zumo... y en cuanto a las cenas, siempre recordaré que aquí fue donde probé ¡los primeros macarrones de arroz sin gluten! Alucinando me quedé. ¡Menuda cena rica! Aún recuerdo que la cocinera me enseñó el paquete para que tomara nota y poder buscarlos en Huesca...!!! Después de desayunar, ¡a conocer la zona! Y para ello, recuerdo que en cocina me prepararon un kit de comida sin gluten "por si te entra el hambre y no encuentras nada". Os podéis imaginar que aquí, ya una muere de amor.
De esto ya hace años, así que os tenéis que imaginar cuando apenas conoces una o dos marcas de pasta sin gluten, y en un pequeño pueblecito en medio de las montañas te ofrecen un ENORME plato de pasta sin gluten que no conoces.
Volviendo al restaurante, como os digo, podéis comer en él sin estar hospedados. En la carta os ofrecen algunos platos donde elegir y siempre según los productos de temporada y la cocina de la zona. Esto quiere decir que nada de pizzas o sushi o cosas así: aquí os ofertarán buenas verduras y legumbres, y cómo no, buenas carnes a la brasa. Preguntad por las opciones sin gluten y la camarera os explicará qué podéis comer, aunque recuerdo que casi todo. ¡Ah! Y ya que Jaca está muy cerca, os sacarán el pan sin gluten de la panadería Sayón (de Jaca) recién tostadito.
El comedor está situado en su planta baja, es muy acogedor ya que es como un gran comedor en tu casa del pueblo, con sus ventanas de madera que por cierto, mires donde mires, las vistas son grandes montañas y verdes paisajes (a no ser que vayas en invierno, que entonces disfrutarás de la nieve). Hasta la vajilla nos gusta, ya que nos recuerda a los platos de la cocina de siempre, de esos pucheros y esas brasas con que reponer fuerzas después de haber visitado ermitas románicas y haber llenado los pulmones con el aire de la sierra.
Interior del restaurante: cada ventana parece un cuadro, mires por donde mires hay color y Naturaleza
Pan sin gluten de la Panadería Sayón, situada en Jaca
El comedor está situado en su planta baja, es muy acogedor ya que es como un gran comedor en tu casa del pueblo, con sus ventanas de madera que por cierto, mires donde mires, las vistas son grandes montañas y verdes paisajes (a no ser que vayas en invierno, que entonces disfrutarás de la nieve). Hasta la vajilla nos gusta, ya que nos recuerda a los platos de la cocina de siempre, de esos pucheros y esas brasas con que reponer fuerzas después de haber visitado ermitas románicas y haber llenado los pulmones con el aire de la sierra.
Ensalada a base de lechuga, manzana, espárragos, pimientos del piquillo, huevo duro, salmón... todo regado con salsa de mostaza
Lo siento, ¡la carne a la brasa, con su pimiento y sus patatas fritas, no llegó a la foto!
¿Qué más os podría contar? Que si os acercáis hasta aquí, vengáis con la batería de vuestra cámara de fotos bien cargada, con un jersey o dos (¡que estamos en plena montaña!) y con unas enormes ganas de descubrir este trocito de mi tierra. No traigáis nada más, que el resto, os estará aquí esperando.
Si te apetece descubrirlo, ahí van los datos:
Mesón Castiello de Jaca
Carretera de Francia 4, CP: 22710 Castiello de Jaca, Huesca
Teléfono: 974 35 00 45
Aquí tienes su página web y aquí su Facebook.
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