Hola! Tal y como hemos comentado en alguna ocasión, siempre se habla de enfermedades relacionadas con la celiaquía, que o bien están directamente relacionadas con una dieta sin gluten, o que bien se pueden llegar a desarrollar a raíz de haber debutado en la celiaquía y no seguir una dieta estricta sin gluten a partir de nuestro diagnóstico.
Hace unas semanas os hablé de la relación que se suele establecer entre la fibromialgia y el gluten, y de hecho, son bastantes las personas que sufren de fibromialgia que han optado por eliminar el gluten de sus vidas. Hoy os presento otra de las asociaciones clásicas ligadas a una dieta sin gluten y que cada vez tiene más defensores y detractores a partes iguales: la relación entre el gluten y el autismo.
Ya hemos repasado en más de una ocasión qué dicen las publicaciones especializadas en celiaquía al respecto sobre estas posibles enfermedades asociadas, así que hoy he decidido acudir directamente a las otras fuentes: qué dicen sobre el gluten y su dieta las asociaciones especializadas, en este caso, en autismo.
Investigando por la web te encuentras con artículos donde se explica que en el año 1960 el médico F. Curtis Dohan presentó una serie de artículos donde aventuraba el vínculo entre la dieta sin gluten y el campo de la mente y la psiquiatría, y las enfermedades neurológicas. Según él, los niños que padecían autismo no tenían la capacidad de descomponer las proteínas alimentarias presentes en el gluten y también en la caseína, y de ahí que defendiera, entre otras cosas, que estos niños padecían de "síndrome de intestino que gotea"; básicamente esta teoría y este síndrome defendía que al no poder descomponer las proteínas del gluten y la caseína se formaban péptidos que pasaban del tracto digestivo al flujo sanguíneo, y de ahí, al cerebro, ocasionando pues síntomas neuroconductuales conocidos en el ámbito de la psiquiatría como ASD (Trastorno de Espectro Autista). Por tanto, siguiendo su defensa, si los niños eliminaban los alimentos con gluten y caseína de su dieta se podrían llegar a reducir los síntomas de autismo (y a esta dieta se le pasó a conocer como la Dieta GFCF - Sin Gluten y Sin Caseína). Y a partir de aquí, ya en los años 70 comenzaron los ensayos clínicos y las pruebas.
Presentada la teoría parece fácil la solución: eliminar el gluten de las personas con autismo, pero... ¿qué hacer a partir de aquí? ¿Realmente la solución es tan fácil? Hay médicos que en estudios más recientes, como el artículo de J. Díaz Atienza, paidopsiquiatra de la USMI-J de Almería (España), titulado Tratamiento dietético del autismo. Mitos y Realidades (Díaz Atienza, J., Rev Psiquiatr Psicol Niño y Adolesc., 2001, 3(1):52-60 52) y que Federación Asperger España, defiende que:
podéis consultar brevemente en la página web de la
"Se parte de la hipótesis de que las alteraciones endorfínicas son la causa del autismo. Igualmente, se sabe que dos productos intermedios de la degradación enzimática del gluten y la caseína son opiáceos: la glutenmorfina y la beta – casomorfina. Se parte de que por problemas de permeabilidad en la pared intestinal estas sustancias podrían llegar al cerebro e inducir conductualmente lo que entendemos por autismo. [...] Existen determinados alimentos que presentan como productos intemedios opiáceos que pueden llegar al cerebro y ser activos si hay alteración de la permeabilidad intestinal. Existe evidencia de que hay casos en donde la administración de fármacos que bloquean la acción opioide puede mejorar, o no, algunas conductas del espectro autista. Existen autores que defienden regular la acción hiperendorfínica a través del control dietético.
Y esta es la situación actual. Sin embargo, hemos querido analizar a través de la literatura científica qué hay sobre el gluten y autismo y sobre la caseína y autismo. Para ello hemos consultado la conocida base de datos MEDLINE:. Los resultados son elocuentes: existen 10 trabajos que hablan sobre Gluten y autismo. Ninguno es controlado y la mayoría son de opinión. Respecto a la caseína y el autismo solo existen cuatro y todos son de opinión.
[...] En conclusión hay niños que pueden beneficiarse pero los menos. Hay posibilidades de determinar neuroquímicamente cuáles podrían ser beneficiarios. Por lo tanto, en mi humilde opinión, no experimentemos con nuestros propios hijos por presiones de oscuros intereses. Es simplemente una deducción personal. La última palabra la tienen ustedes los padres y ustedes los profesionales".
Mientras que por ejemplo, en la página web Autismo Diario, podemos leer que:
"Un estudio reciente de la Universidad de Columbia (Nueva York) publicado en PLoS One ha analizado el posible vínculo entre estos trastornos: autismo, sensibilidad al gluten y enfermedad celiaca.
Los problemas gastrointestinales son una característica común a bastantes niños con autismo. Las dietas sin gluten se han convertido en populares entre muchas familias que tienen un hijo con autismo, a pesar de su coste y dificultad para llevarlas a cabo y, sobre todo, a pesar de que estudios bien regulados (controlados y doble ciego) han mostrado serias dudas sobre su eficacia. Se estudiaron 37 niños con autismo (con y sin síntomas de problemas intestinales), 27 hermanos sin autismo y 76 controles de la misma edad.
Los resultados muestran que los niños con autismo tienen mayores niveles de anticuerpos (IgG) contra el gluten en comparación con los controles".
Es decir, hay ámbitos científicos que defienden su eficacia, y hay otros que la descartan por completo, ¿qué hacer entonces? Además, consultando blogs dedicados en exclusiva al autismo, apuntan a que si bien es cierto que una dieta sin gluten no cura los síntomas, sí puede ayudar a aliviarlos (pinchando aquí puedes leer una noticia que defiende esta teoría):
"Para Juan Martos, psicólogo, discípulo de Ángel Rivière "Todos los niños autistas que hacen la dieta sienten, en mayor o menor medida, la mejoría. Y al mejorar la predisposición al aprendizaje, son capaces de centrar la atención, de aprender más cosas en menos tiempo". Pero, aclara Martos, "el 75% de los casos de autismo está unido a un retraso mental, y éste no se ve afectado por la dieta".
Además, en la página web del Instituto de Investigaciones de Autismo (ARI) podemos encontrar un apartado específico titulado Empezando la Dieta Libre de Gluten y Caseína, donde se dan unas pautas y consejos para los padres que finalmente han decidido iniciar una DSG para sus hijos.
Pero en las reflexiones y conclusiones de la IV Jornada de Sensibilización Acercándonos al Autismo, organizadas por las asociaciones Autismo Córdoba y Abraza, y celebradas en abril del año 2014 en Córdoba, el ya citado psicólogo Juan Martos señaló que:
"En el abordaje del Trastorno del Espectro Autista, la mayoría de tratamientos alternativos o complementarios al apoyo psicoeducativo, que es lo único avalado por ahora científicamente, no presentan evidencia de que puedan causar beneficio en las personas con autismo, siendo en algunos casos contraproducentes (como dejar de vacunar o retirarles el gluten).
Lo más sensato puede ser si el niño tiene de forma recurrente problemas gastrointestinales anotarlos en un cuaderno cada día (dolores, estreñimiento, lo que sea) y luego probar durante unas semanas una dieta libre de gluten y llevar el mismo seguimiento. En función de los resultados decidir si seguir con esa dieta específica, que no es fácil, o volver a la alimentación general. Estoy convencido de que la investigación nos dará respuestas en un tiempo más bien corto pero hasta entonces no se puede decir mucho más".
Por último, reseñar que la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención Primaria, editada por el Ministerio de Sanidad, en su página 27 explica que:
"Se ha demostrado la inconsistencia de las teorías que afirman que los niños
con autismo metabolizan de manera incompleta los productos metabólicos
del gluten y la leche, por lo que no se justifica el uso de las dietas libres de
gluten y caseína”.
Además de:
"Tópico 4:
El origen del problema está relacionado con la administración
de vacunas, intolerancias alimentarias (gluten, caseína), o intoxicación por
metales pesados (mercurio, plomo). Estas teorías, actualmente carecen de
aval científico y han sido rebatidas" (pág. 98)
Por lo que, en definitiva, casi podemos decir que no hay una relación científica que avale la relación directa entre la celiaquía y/o la dieta sin gluten, y el autismo, al menos por el momento. Como todo lo relacionado con la salud, deberá ser el médico pertinente quien, tras estudiar y analizar nuestro caso en particular, nos recomiende seguir o no una dieta sin gluten, ya que como hemos visto, hay pacientes que sí mejoran con ella, mientras que para otros no tiene ninguna relevancia.
¿Y tú, qué opinas?
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